Erik Leiva: Un emprendedor de alta velocidad
A sus treinta y cinco años, Erik Leiva pasa desapercibido como empresario exitoso. No le gusta hablar fuerte, no se da aires, ni disfruta entregar muchos detalles de los múltiples negocios que maneja, pero basta hablar un poco con él para darse cuenta que sus experiencias de vida y la multitud de trabajos que ha realizado, lo han convertido en el mago financiero que es.
Originario de una numerosa familia santiaguina de comerciantes, con cinco hermanos de diferentes gustos y edades, Erik desde pequeño aprendió en los remates junto a su padre el sutil arte de convencer a una persona de que necesita comprar algo. “Si yo quiero venderle algo a alguien, esa persona siempre terminará pensando que realmente necesita tener lo que le ofrezco. Ese es mi don”, asegura.
El empresario, estudió Ingeniería Comercial y aunque no terminó la carrera, los conocimientos adquiridos le sirvieron para sentar las bases de su éxito en el mercado nacional. “Te morís la cantidad de negocios distintos en los que he estado, desde venta de computadores, hasta terrenos, casas prefabricadas, de todo. De hecho, cuando estudié Ingeniería me gustó aún más el tema de los negocios y comencé a meterme en eso y dedicarle todo mi tiempo”, subraya.
Mercados diversos
Explica que la diversidad de mercados a los que hay que saber entrar es una de las características interesantes del mundo de los remates pues “salen tantas cosas distintas… Desde una llave de agua, hasta un computador y a todo tienes que encontrarle comprador”.
Por esa misma experiencia se considera un experto en tratar con personas y en darle a cada una el tiempo y espacio que necesita para irse feliz de su compra. “En esta vida hay que saber adaptarse a todo. A las personas y a las situaciones diferentes. De esa manera, te mantienes tranquilo y puedes conseguir lo que quieras”, explica.
Además, comenta que desde que era un niño hasta los 23 años se dedicó fundamentalmente al mundo de los remates y luego de ello, al contar con el capital económico necesario, vio las perspectivas financieras que le ofrecía el negocio inmobiliario y apostó sus fichas en eso.
Sobre el mundo inmobiliario
“Empecé este camino comprando terrenos baratos en distintos sectores de Santiago y revendiéndolos. Me fue bien con ese sistema. De hecho, así fue como me topé con mi actual socio. Él estaba vendiendo 15 parcelas en Curacaví y yo se las compré todas. Así nos conocimos. La verdad es que él también estaba conmigo cuando esas mismas parcelas las vendí por un valor como 10 veces mayor de lo que se las había comprado y se sorprendió mucho por la diferencia en el precio, pero bueno, son cosas de los negocios”, recalca sonriendo.
A este acervo comercial y financiero, Erik Leiva suma el conocimiento del mercado internacional, pues junto a un grupo de amigos vivió en Andorra (un pequeño país ubicado en la frontera de Francia y España) un año y medio. Ahí también desarrolló el gusto por la cocina, pues trabajó un tiempo en un restaurante, y comenzó a practicar snowboard, un deporte que sigue desarrollando en la actualidad.
Asimismo, aunque su tiempo libre es cada día más escaso, el empresario no oculta su predilección por el Caribe y asegura que sus vacaciones ideales son paseando por las cálidas playas de Varadero, en Cuba.
Me gustó esta entrevista se nota que erick es un emprendedor con etica no como otros
Este tipo si que sabe, se nota que no tiene un pelo de tonto. Saludos Erik