Estupidez y felicidad: el ensayo provocador de Aprile

El reciente ensayo titulado ‘Nuevo elogio del imbécil’ de Pino Aprile ha empezado a generar un gran revuelo en el ámbito literario y filosófico. La premisa provocativa del libro sugiere que la inteligencia humana está en decadencia y que la estupidez está ganando terreno en nuestra sociedad. Aprile plantea que este fenómeno no solo es una realidad observable, sino que, sorprendentemente, podría no tener por qué ser perjudicial para nuestra especie. A través de su análisis, el autor invita a los lectores a cuestionar las convicciones tradicionales sobre el avance de la inteligencia humana y su relación con la supervivencia.
Una de las primeras ideas que Aprile aborda es el vínculo entre el tamaño del cerebro y la inteligencia. El autor argumenta que ha habido una reducción en el volumen craneal humano a lo largo de la historia, lo que plantea la inquietante posibilidad de que esto esté relacionado con un retroceso en nuestras capacidades intelectuales. Según sus conclusiones, este descenso en el tamaño cerebral representa un retroceso paradójico en nuestro desarrollo, y enfatiza que el único valor que sostenemos como especie es nuestra habilidad para sobrevivir, independientemente de la calidad de esa supervivencia.
Sin embargo, la postura de Aprile no está exenta de críticas. Un filósofo austríaco, estrecho colaborador del Premio Nobel Konrad Lorenz, desafía su argumento, sugiriendo que las dotes intelectuales no deben medirse únicamente por la capacidad física del cerebro, sino por cómo utilizamos esa capacidad. Este nuevo enfoque replantea el debate acerca de la inteligencia y su relación con la evolución. Ambas partes coinciden en que el proceso evolutivo es aleatorio y carece de un objetivo claro, lo que deja un espacio abierto para discutir el papel que juega la supuesta estupidez en nuestra cohesión social.
Aprile también desarrolla la idea de que la inteligencia, lejos de ser un recurso exclusivo, tiende a redistribuirse entre la sociedad. Según su tesis, cuando una persona destaca por su brillantez, esa capacidad se pone al servicio de los demás, lo que paradójicamente puede empobrecer el intelecto colectivo. Así, el autor sugiere que la inteligencia actúa como un fenómeno social que, al ser compartida, podría dar lugar a un empoderamiento de la mediocridad, desdibujando las fronteras entre la genialidad y la estupidez.
A pesar de las controversias generadas por estas teorías, la obra de Aprile invita a una reflexión más profunda sobre el verdadero significado de la inteligencia y su papel en la sociedad contemporánea. La pregunta que queda flotando en el aire es si esta supuesta proliferación de la estupidez es realmente amenazante o, por el contrario, podría ser una fuerza impulsora necesaria para la evolución de nuestra especie en un contexto de constante cambio social y cultural. Su ensayo desafía nuestras nociones preconcebidas y nos empuja a aceptar que quizás, en el lóbrego juego de la vida, la estupidez también tiene su lugar.