Ejercicio HIIT en Niños: Mejora Tu Rendimiento Académico

En un sorprendente hallazgo, expertos han demostrado que incorporar sesiones de ejercicio de alta intensidad (HIIT) durante los recreos puede aumentar la inteligencia de los niños. Investigaciones recientes realizadas por un equipo de la Universidad de Carolina del Norte han puesto de manifiesto que tan solo 9 minutos de HIIT pueden tener un impacto significativo en las capacidades cognitivas de los menores. Este estudio, que incluyó a 25 niños de entre 9 y 12 años, reveló que el ejercicio no solo mejoró su salud física, sino que también optimizó su rendimiento académico.
El estudio se centró en analizar cómo estas breves, pero intensas, sesiones de ejercicio afectan la capacidad del cerebro para gestionar errores y mejorar la eficiencia neuronal. A través de la medición del marcador cerebral conocido como negatividad relacionada con errores (ERN), los investigadores observaron una notable reducción en la amplitud de esta señal tras las sesiones de HIIT. Esto sugiere que la actividad física intensa puede facilitar una mejor toma de decisiones y un procesamiento más ágil de la información en situaciones académicas.
Además, los hallazgos no son un caso aislado. Una revisión sistemática publicada en el British Journal of Sports Medicine que abarcó 133 estudios previos concluyó que el ejercicio físico tiene efectos positivos significativos en áreas críticas como la memoria, el funcionamiento ejecutivo y la cognición general en niños y adolescentes. Entre las actividades destacadas se encuentran los exergames, que combinan ejercicio interactivo con diversión, así como prácticas de ejercicio mente-cuerpo, como el yoga y el Tai Chi, que han mostrado beneficios especiales en el desarrollo cognitivo de niños con condiciones como TDAH.
Con estas evidencias, expertos en educación y salud infantil sugieren que integrar rutinas de ejercicio físico cortas y específicas dentro del horario escolar podría ser una estrategia efectiva para optimizar el rendimiento académico y mejorar el bienestar cognitivo de los estudiantes. Esto se convierte en un llamado a las escuelas a replantear la estructura de sus recreos, transformándolos en oportunidades para estimular la actividad física y el aprendizaje, en lugar de ser meros períodos de descanso.
En definitiva, la ciencia respalda cada vez más la premisa de que el ejercicio no solo fortalece el cuerpo, sino también la mente. Con hallazgos que sugieren una correlación entre el ejercicio físico y el aumento de la inteligencia en los más jóvenes, se abre una nueva puerta a la exploración de métodos innovadores para el aprendizaje. A medida que se continúan realizando investigaciones en este campo, la esperanza es que más instituciones educativas adopten programas de actividad física que puedan transformar la vida académica de los niños, preparándolos para un futuro más brillante.